La ansiedad no es más que una forma equivocada que tiene nuestra mente, nuestro pensamiento, de relacionarse con la realidad. Es una manera confusa y distorsionada de ver la realidad. Las personas que tienen ansiedad confunden la representación que hace su pensamiento, con lo que les ocurre en la realidad misma. Ellos “saben” intelectualmente y racionalmente, que esa no es la realidad, pero que no pueden evitar “sentir” una realidad inexistente, que les produce miedo y ansiedad.

Si la ansiedad es pues el resultado de un pensamiento distorsionado sobre la realidad, la “solución” a la ansiedad consiste en hacer que el cerebro comprenda que esos pensamientos “no son la realidad”, sino una simple representación de la realidad.

Es decir, en tu realidad no existen motivos para que tengas ansiedad.
Cualquier cambio supone un esfuerzo. El cerebro repite, y repite, y repite, una y otra vez, todo el proceso que lleva a la ansiedad. Son bucles repetitivos. Romper este proceso no es difícil, pero es necesario salirse fuera, hacer las cosas de una manera diferente. Tienes que aceptar y sobre todo “creer” que existen rutas alternativas para salirse fuera del camino conocido. Sólo así tienes posibilidades de terminar de una vez por todas con la ansiedad.

En primer lugar, el mejor método e infalible es la meditación. Si, al principio no pararás de pensar, estarás y aguantarás poco tiempo, pero piensa que todo lo que te viene a la cabeza es el fruto de todo lo que tienes en lo más profundo de tu ser, solo que ahora lo haces consciente, y de forma más intensa. No te desanimes al principio, tu ego te dirá mil veces que eso no sirve para nada, pero tú “en tus trece”, sigue y vence al ego. Un día te sorprenderás de golpe, en que las cosas empiezan a cambiar, y no sabrás cómo ni por qué.

Otra opción es hacer regularmente sesiones de relajación ya confeccionadas, a primera hora de la mañana y a primera hora de la tarde.
No somos víctimas del mundo que vemos, sino del mundo visto por nosotros. Es difícil, pero tenemos que cambiar lo que está al alcance de nuestra vista en el mundo real. “Si puedo cambiar mi visión de las cosas, porque tengo poder sobre mí mismo”.

La felicidad consiste en sacar rendimiento a las pequeñas cosas de la vida cotidiana, a vivir en el presente. La felicidad también consiste en abrirte a los demás, en darte, en compartirte con los demás. El sentido está en tu interior cuando te abres y te comunicas con tus semejantes. Esta es la puerta. Pero no todo el mundo está dispuesto a abrirla.

No puedes ser libre, si no te abres a “otros valores” que no sean los materiales. Ser libre para algo, hace que el ser humano pueda poner distancia con el entorno y no dejarse influir por él.
Las personas desorientadas, que están pérdidas, que se ven en procesos de ansiedad o depresión, en realidad lo que están buscando desesperadamente es ese sentido a la vida.

El tiempo no vivido es tiempo perdido. La vida sin sentido es estar muerto en vida. Podemos buscarle sentido a la vida desde muchas perspectivas, desde el raciocinio, desde la ciencia, desde la religión….Pero el sentido de la vida sólo se puede alcanzar desde la conciencia plena e íntima del contacto personal con la realidad. Cada vida tiene su sentido que ha de aprender personalmente, que ha de creer y crear.

Vete a pasear a un parque, al campo o a la playa. Siéntate tranquilamente y fíjate en lo que entra por tus ojos. Observa las cosas, las personas, los animales que pasan delante de tus ojos. No hagas juicios de valor, simplemente observa. No hables contigo mismo, no te digas nada. Únicamente observa, sin críticas, sin comentarios. No filtres la realidad, deja que sea tal cual sin tu manipular nada. No pienses en el futuro ni en el pasado, no vale la pena, no vas a conseguir nada bueno y sí, mucho malo. No te hagas planes a más de un minuto vista.

Si vives de este modo, tendrás energía para lo que realmente falta, que la necesitarás para cosas más importantes, y no es otra cosa que dar respuesta exacta a los problemas que plantea la vida, cuando llegar de verdad.

Otra vía para curar la ansiedad es aceptarla, y al igual que un coche, ve rápido en las ocasiones que puedas, y levanta el pie en las que te sean más delicadas. Míralo como una enfermedad, y no busques culpas a por qué la tienes. La tienes y ya está.
Tenemos derecho a vivir con una depresión, con un proceso de ansiedad, con un estado de inseguridad. La depresión nos ayudará a entender nuestro pasado, la ansiedad a dejar de vivir en el futuro y la inseguridad a buscar otros medios de estabilizar el presente.

La vida está llena de cambios y contrastes, y el equilibrio mental consiste en saber distinguir entre pensamiento y realidad.

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